Durante las horas de consejería en mi primer año de secundaria nos hicieron pensar en nuestro “yo” del futuro. Esta práctica incluía realizar dibujos que representaban diferentes aspectos de como nuestro futuro se vería después de terminar la secundaria. Mis dibujos incluían frascos de Erlenmeyer, caritas felices y un oso polar. Sabía que quería trabajar en un laboratorio, sabía que me haría feliz hacer ciencia, y, por alguna razón, sabía que iba a poder aprender sobre los osos polares y su ambiente. Pero no sabía que después de 10 años me estaría embarcando en una travesía al Polo Norte. Mi nombre es Maria Cristina Alvarez Rodriguez. Según un amigo, mi nombre es ridículamente largo, pero así es como nombramos a las personas en Latinoamérica. Para hacerlo corto, me pueden llamar Maria Cristina, mi familia me llama Maria-Cris, y si necesitas mi atención urgente, puedes llamarme Maria (aunque no es mi favorito). No existe una “h” en Cristina, el sonido es marcado y no se suaviza con una letra intermediaria. Las personas dicen que tengo una personalidad marcada, ellos le llaman “personalidad fuerte”, no sé a que se refieren con esto, pero sí sé que a veces me tienen que pedir que baje mi voz y a veces digo cosas que no debería decir.
Mi país, Panamá, me dio la oportunidad de venir a la Universidad Estatal de Oregon con una beca completa que gané a través de un concurso nacional diseñado para educar a panameños en ciencias de los recursos hídricos. Como Panamá está rodeado de dos océanos, era lo correcto estudiar en un lugar cerca del mar, no quería que fuera de otra manera. Una vez empecé a estudiar aquí, encontré muchas oportunidades que OSU me otorgaba para convertirme en una profesional. Mi sueño de convertirme en una científica era posible, estaba en el lugar indicado. Cuando terminé mi nivel de licenciatura en Oceanografía, conseguí una pasantía con mi profesora de Oceanografía Química, quién me enseñó cómo funcionaba la investigación y cómo involucrarme en ella. Después de haber aprendido como trabajar en un laboratorio de biogeoquímica para investigación oceanográfica, me aceptaron en el Colegio de Ciencias de la Tierra, Océanos y Atmosfera de OSU para obtener mi masters bajo la supervisión de Laurie Juranek, una científica “badass”. Cuando la conocí, me dijo que el oxígeno era su bebé, ella ha dedicado su vida a estudiar el oxígeno y como influencia diferentes procesos físicos, biológicos y químicos. Ella me tomó bajo sus alas para poder aprender a volar. Pero aun soy una bebé oceanógrafa.
Para aquellos que me conocen, podrán entender cómo disfruto aprender nuevas cosas, me da sed por más. Los pensamientos sobre la existencia en este mundo nunca han dejado mi mente, pero la realidad es que nunca tendré la capacidad de saber todo conocimiento. Como Sócrates en su realización de que no sabía nada, realicé que solo podemos enfocarnos en un tema específico durante toda nuestra vida. La mía es aprender sobre los cambios del nivel de oxígeno en la bahía del Ártico. Trataré de saber cuáles factores afectan la perdida de oxígeno en esta parte del océano. Como un bebe pollito, estoy aprendiendo a dar mis primeros pasos, aprendiendo a convertirme en una científica “badass” como mi mentora y otros profesores alrededor mío. Esto significa que estoy aprendiendo de mis errores, aprendiendo a solucionar problemas, a encontrar soluciones por mi cuenta propia, y tener confianza que puedo hacer esto, que puedo aprender lo que necesito aprender para hacer este trabajo. Este es el lugar donde te quiero mostrar la ciencia detrás de las escenas, desde la perspectiva de una joven mujer que vino a este país sola desde que tenía 19 anos y encontró su lugar en la comunidad de las ciencias. Acompáñame en mi travesía en convertirme en la persona que soñé ser 10 años atrás.